Aquellos maravillosos años
Pasamos la mañana con los pies a remojo y, a mediodía,
quedamos a tomar el aperitivo con unas jovencitas. Tras ir a comer unas
hamburguesas, nos echamos unas risas recordando anécdotas de clase y, entre
chapuzón y chapuzón, nos pusimos a jugar al fútbol en la playa, ante la mirada
de curiosos que jaleaban el partido. Acabamos el día tirados en la arena, con
el rugir de las olas de fondo, y gritando a nuestras ochenta primaveras: «¡Ya no estamos para estos trotes!».
#elveranodemivida
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